Anoche, cuando regresaba del trabajo, oía la radio de mi coche en tanto informaban de que el "Premio Nobel de la Paz" este año le era concedido al disidente chino Liu Xiaobo, perseguido, torturado física y psicológicamente, encarcelado en esa gran democracia que es la República Popular China. Ese inmenso país de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, el mismo de la Plaza de Tian'anmen, el del marxismo de doble rasero de la capitalista Shangai; el mismo país que ocupa Lasha y sodomiza a los monjes, el país que tortura a lis católicos y que acalla toda voz disidente.
Liú Xiaõbõ ha luchado activamente por los Derechos Humanos en su país natal, el que lo mantiene silenciado, y ha defendido fervientemente la Reforma de la República Popular China, siendo la gota que colmó el vaso gubernamental su firma en la "Carta 08", que llevó a que su Gobierno lo encarcelase el 6/12/08 por incitar a la subversión contra el Estado.
Leyendo cuando me he levantado, veo que hacía 1 minuto se ha conocido que la poetisa y esposa de Liú Xiaôbô, Liu Xia, ha sido "trasladada" bajo estrictas y secretas medidas a la prisión en la que está su marido encarcelado, se supone que para evitar mayor transcendencia de la noticia y procurar el mayor de los silencios.
Mientras EEUU, Francia y Alemania exigían al Gobierno Chino la inmediata liberación de Liú Xiaôbô, el Gobierno Español presidido por Zapatero callaba por miedo a molestar al recíproco Chino. Y luego quieren que llames al 016, tan frescamente.
Esta situación de acoso y tortura psicológica es extrapolable a la que se vive en ciertas empresas y domicilios; la actitud de Zapateto tampoco es mueva, siempre hay un cobarde y un alineado con tu maltratador, cobarde cómplice al fin y al cabo.
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