sábado, 27 de noviembre de 2010

016: llamar, morir, callar

De verdad que es duro tener que ver y oír a ciertos personajes y personajas torticeras, dedicados en ambos casos a vivir de la telebasura, dando lecciones del más rancio machismo ibérico, en tanto se las dan de "progres".

Hace unos días tuve la lamentable suerte de presenciar una actuación policial con una mujer borracha perdida, con los ojos golpeados y morados, extranjera para mas señas. La profesionalidad....se iba para no volver (patética actuación de una congénere).

El Gobierno pone en marcha la Campaña contra la Violencia de Género, quieren que denuncies, y luego? Luego, qué!? Hay Jueces que obligan a las violadas a verse cara a cara con el agresor, para que la humillación sea completa, digo yo.

Y me pregunto, tras la denuncia....QUÉ? Conozco muchos casos de maltrato psicológico, de violencia y agresiones; reconciliaciones para una muerte cotidiana, huidas para una muerte postergada, lágrimas ante un cuerpo que no volverá a abrir los ojos, como un día los cerró para poder soportar la dura oscuridad del amor no correspondido, atropellado.

Tal vez no sea cuestión de un número.

Tal vez sea la cabeza, cambiar lo que hay dentro de nuestra cabeza. Lo que hay en los poros de nuestra sociedad.

Cuando alguien que te quiere un día levanta su mano.... mal asunto, ha habido un chasquido en esa corriente eléctrica de la relación; el amor, ay el amor!, nunca volverá ya a ser nada igual, no.

Como tampoco vuelve a ser la misma relación laboral cuando se transgrede la frontera sutil del respeto, aquí no hay teléfono al que llamar.

Cualquier acoso, el que sea, te destruye, te inhabilita para soñar en mil colores. Afectivo, psicológico, económico, sexual, laboral, qué mas da si todo se resume en "terrorismo psicológico", tortura moral.

Descansa, si, descansa en el otro, sin olvidarte de ti.

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